La belleza puede cambiar el mundo. La belleza nos lleva de nuevo al amor y el amor hacia lo divino. Nos hace mejores personas y despierta nuestra humanidad dormida, brotando de ella la sensibilidad y creatividad, conduciéndonos a una versión más elevada de nosotros mismos.
La Naturaleza está constantemente enseñándonos y hablándonos si la escuchamos con el corazón no con la mente. ¿A qué esperamos para amarla, cuidarla y devolverle lo que con tanta generosidad nos brinda ella?
(Maiga Gómez)